miércoles, 23 de febrero de 2011

El cierre de las cosas

El cierre de las cosas, el cierre de un vestido, el ademán de cerrar la boca y botar la llave, cerrar la puerta, la caja de cereal, la ventana, las cortinas…ésta historia nuestra.

El ciclo, llega a la punta final con la promesa de pasar a la memoria y haber trasformado la visión y manera de actuar frente a las cosas. Ciclo atolondrado que ni siquiera respetó la simbolización de un círculo; pero que encajó tan perfecto en mí, como pieza de rompecabezas.

Y es que es tanta la información que éste “recuerdo-presente” debe procesar, que el tiempo no será mi mejor aliado en éstos días; mas en lo que sigue del camino, tendrá que ser una especie un gurú, ya que he caído en cuenta de que mil palabras conectadas al alma, aún continúan brotando en tinta, imagen y sonido para ti, con colores inimaginables y algunas estridencias fallidas sin duda; pero siempre legítimas en cuanto a lo que implica entender el significado profundo de querer a alguien.

Es cierto que no puedo evitar la sensación interna de fractura, así como tampoco se puede impedir la garúa de mis ojos evasivos, por que lo sé y lo presentía, aquí ya se han tomado decisiones y por más que te extrañe o es más, te entrañe, debes seguir tu camino cariño mío.

Así fue y así es, el viento ha tomado de nuevo una ruta y mis pies otra. Una serie de latidos descompasados, similares al beat de tu cuerpo, se diluyen en pestañeos evocadores del sueño y mis labios besan por última vez tu recuerdo tibio de almohada suave, mirada penetrante, miembros entrelazados y respiración armonizada.

El corazón se encoje hasta hacerse un guiñapo antes de explotar…¡te quiero!.
Adios.

02/11

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