Lo que siento ahora no tiene nombre; es más bien algo sin sonido, tan sordo como el hueco de la nada. Va y viene, como las ganas de dormir o simplemente un estado de somnolencia.
Apagarme y encenderme, enroscarme y desenredarme; las primeras por instinto de conservación, las segundas por idiotez y deber.
Creo que en realidad quiero escapar del sinsentido de lo innombrable. Más hasta el intento es inútil y gris, porque no se puede escapar de uno mismo, y esto ya es parte de mí, entretejido a mis venas.
Sorda y mustia, narcotizada y cobarde...entonces deseo arrancarme a mí misma.
12/09/10